
Me acuerdo hace varios años, creo en el 2009, cuando me quedé impactado tras leer el manga seinen de Welcome to N.H.K., que trataba sobre la vida de un "hikikomori" que lleva varios años sin ir a la Universidad, que no sale apenas de su habitación, y que un día se encuentra con una chica jóven, que parece ser el "ángel salvador" para los "hikikomoris". Pero que fue un impacto tan brutal, que me sentí un poco identificado con el pobre protagonista. Al fin y al cabo, el pobre Seiji (que es el nombre del protagonista de ese manga) era víctima de lo exigente y dura que puede llegar a ser la sociedad en el país nipón.
Para los que no estéis ubicados en la cultura japonesa (hay algunos lectores de este blog que no tienen idea sobre la cultura japonesa, pero tampoco es plan de tratarlos mal), el término "hikikomori" hace referencia a un individuo con trastornos mentales muy graves que le impiden tener una relación con otras personas, por lo que se aisla de la sociedad, como mínimo, durante 3 o 6 meses (no lo sé con exactitud). La mayoría de estas personas rondan la edad adulta, que de media puede ser de 36 años. Algunos de esos trastornos mentales que propician este fenómeno son la depresión y el sentimiento de frustación social (el no sentirse bien valorado por los demás).