Dos torrijas nada más



Sábado, 7 de abril de 2012.

Me levanto antes de las 11 para ver "Humor Amarillo" y algunos de MTV. El día anterior mi madre preparó dos bandejas llenas de torrijas, el dulce más tradicial de la Semana Santa. Dijo que una de ellas se las iba a regalar a yo que sé, y otras para nosotros.

Bien, pues nada más ir a la cocina a prepararme el desayuno me encontré con la bandeja de torrijas, y quedaban ... ¡¡sólo DOS!!. Me sentí desgraciado que empecé a gritar, a chillar y a cagarme en los muertos de ...; vamos, que estuve totalmente cabreado y loco. El novio de mi madre se enteró pero no me dijo absolutamente nada. Cuando ella llegó de trabajar, él le contó que estaba cabreado con el tema de las torrijas, así que me vino con un sermón de esos que le sueltan las madres a los hijos. "Hijo, no tienes por qué ponerte así si ya no quedan torrijas. ¿No sabes que si no se comen las torrijas se ponen malas?". Vale, hasta ahí lo entiendo, pero se supone que deberían haberme dejado por lo menos 4. Y no es porque sea un glotón (¡pues fíjate! Iba a acabar obeso y todo), sino porque con 4 torrijas tengo energía suficiente para todo el día.

Por otra parte, el sermón de mi madre también incluyó un mensaje que me hizo caer de nuevo en la depresión, y es que debo ser consciente de que si vuelvo a repetir este comportamiento de semejante calibre, podría conducirnos a mí y a mi madre al deshaucio, o sea, echarnos de casa. ¿Pero por qué se añade a sí misma en el asunto si no ha hecho nada? Joder, llevamos viviendo 8 años en la casa y no creo que él la vaya a echar porque a él la quiere mucho, aunque de vez en cuando tienen sus peleas por lo típico, venir borracho de los bares. ¿Y crees tú que eso es "vivir la vida", cuando muchos de los jóvenes españoles les gusta la borrachera aún sin ser conscientes de que el tiempo presente el mundo se les vá a echar encima?

En fin, he vuelto de nuevo a la depresión por el hecho de que algún día nos vá a pasar algo parecido, como les está sucediendo a bastantes familias que no tienen dinero para pagar la hipoteca y no tienen otro lugar a donde ir. Es un panorama bastante desolador que con razón digo que debería aislarme del "mundo real" durante un tiempo, para no seguir viendo y oyendo historias de personas que, por culpa de esta crisis, han "cerrado el chiringuito", se han endeudado y encima les deshaucian y todo. Pues menos mal que estamos en un piso de alquiler de Vivienda de Protección Oficial, porque si fuera una vivienda hipotecada, me cortaba el cuello, ya que estoy en el paro, y ya no sé de qué vivo yo sin haber trabajo de lo que me he formado.

El tema del deshaucio es un problema muy grave que induce a los afectados el perder la esperanza y el pensar que tienes que renunciar a tus sueños para poder sobrevivir, o que cumplir tus sueños será aún más difícil. Hoy, que es lunes 9 de abril, todavía sigo deprimido por este tema, y me siento tan desgraciado porque no me gustaría para nada sacrificar una parte de mi dignidad para poder saborear de nuevo las torrijas. No es que sea una buena historia, pero esta es una anécdota propia de mis propios pensamientos hasta este tema tan deshumanizado.

El sabor de las torrijas es delicioso, todo lo contrario que pasar por una situación tan penosa como un deshaucio. Si estás leyendo esto, espero que la vida no te castigue con tan semejante injusticia.

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